martes, 16 de abril de 2013

Una oportunidad de futuro: España cuenta con recursos de gas no convencional para 39 años

El Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España ha presentado un informe sobre las potencialidades del gas no convencional en nuestro país y las técnicas de fracking (fracturación hidráulica) para su obtención.

A pesar de que la importación de hidrocarburos ha sido, y es, un lastre para el crecimiento económico en nuestro país, la realidad está mostrando que las situaciones irreversibles pueden cambiar.
En Estados Unidos, una economía también altamente dependiente de los hidrocarburos importados, la situación está siendo revertida gracias al expansivo crecimiento de la producción de gas y petróleo procedente de las pizarras y areniscas de baja permeabilidad, y no se descarta que, en el futuro, pase ser un exportador neto.
La explotación de los hidrocarburos no convencionales en EEUU ha permitido disponer de gas abundante, que cuesta sólo un 20% del precio que paga el mercado europeo, con lo que se convierte en un extraordinario dinamizador de la vida económica, con casi dos millones de empleos creados y la expectativa de duplicar la cifra en la próxima década, con la consiguiente entrada de dinero en la arcas públicas y la reducción del déficit externo.

Informe ‘Una oportunidad de futuro’
En España, los recursos potenciales de gas natural no convencional cubrirían durante 39 años la actual demanda de gas del país, una estimación que incluso podría duplicarse después de una investigación exhaustiva, como ha ocurrido en el Reino Unido. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Gas no convencional, una oportunidad de futuro’, impulsado el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España, codirigido por Ángel Cámara, catedrático de Ingeniería Química y Combustibles de la Universidad Politécnica de Madrid y decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro de España, y Fernando Pendás, catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo.En su elaboración ha participado una veintena de expertos pertenecientes a la comunidad científica, organizaciones empresariales y representantes de los sindicatos UGT y CCOO, comprometidos en la sostenibilidad del abastecimiento energético y la protección del medio ambiente.
El Informe describe la dependencia energética española, más de 56.000 millones de euros/año en importaciones de hidrocarburos, que supone un lastre para el crecimiento económico del país. Una cifra que debería cambiar ante la tendencia energética global encaminada a reducir las emisiones, diversificar las fuentes y poner en valor recursos inexplorados como el gas no convencional.
En un modelo energético bajo en emisiones de CO2, el gas natural está llamado a ejercer un protagonismo transitorio ya que su combustión por unidad de energía emite la mitad de CO2 que el carbón y un tercio menos que el petróleo. Estados Unidos, el gas no convencional ha permitido reducir un 9% las emisiones de CO2 desde 2007. El gas natural juega un papel trascendental como energía de base y los cálculos estiman que los recursos de gas no convencional podrían al menos triplicar las actuales reservas, de manera que se elevaría la vida media de los recursos mundiales de gas de los actuales 60 años a más de 250 años.
Los recursos de hidrocarburos no convencionales están mejor distribuidos geográficamente que el petróleo y el gas convencional, lo que contribuye a reducir los desequilibrios globales de los países energéticamente dependientes y a disminuir la tensión mundial por el control de los hidrocarburos.
Entre 2000 y el 2012, Estados Unidos pasó de una producción cero a diez veces el consumo anual de gas en España. Más de 200.000 pozos abiertos dinamizaron la economía creando dos millones de empleos y rebajando la factura del gas a un 20% del precio que se paga en Europa. La Agencia Internacional de la Energía se preguntaba a finales del pasado año: “¿Estamos entrando en una edad de oro del gas?”
En el informe Gas no convencional, una oportunidad de futuro del Consejo Superior de los Colegios de Ingenieros de Minas, se profundiza en la tecnología de la fracturación hidráulica y en la descripción de los riesgos que conlleva.

Consumo de agua y utilización de aditivos
Es la estimulación hidráulica para extracción de hidrocarburos y consiste en inducir a grandes profundidades -2.000/6.000 metros- una o varias fracturas subverticales para incrementar la permeabilidad de la roca que alberga los recursos, mediante la inyección de agua a alta presión (99,5%) con arena y otros fluidos (0,5%). Así, se facilita el drenaje de los hidrocarburos hacia el pozo de extracción y de allí al sistema de transporte y los puntos de consumo.
En los últimos años, la tecnología ha reducido considerablemente el uso de agua, que se recupera y reutiliza, aplicándose probadas técnicas para aislar los acuíferos de los pozos. Los volúmenes de agua varían en función de las características geológicas del yacimiento, pudiendo ser más elevados al inicio de la actividad, pero en general se estima que la cantidad de agua necesaria para la fracturación en un pozo es equivalente al riego de un campo de golf como el del Club de Campo de Madrid.
La cantidad necesaria oscila entre 1.000 y 2.000 metros cúbicos en cada etapa de estimulación, lo que hace un consumo total para un pozo entre 10.000 y 30.000 m3. Comparativamente, la energía generada con gas no convencional precisa una décima parte del agua necesaria para producir lo mismo partiendo del carbón y una milésima parte menos que partiendo del etanol.
Los aditivos están registrados púbicamente (información disponible en la web www.fracfocus.org) y se avanza hacia productos cada vez más amigables con el medioambiente. En Europa están autorizados por el reglamento REACH y su composición también es de acceso público, así como la identificación de sus riesgos y las precauciones a adoptar en su manejo.
El Informe ‘Gas no convencional, una oportunidad de futuro’ señala que los compuestos químicos utilizados en el fracking son de uso común en la industria alimentaria, farmacéutica, automovilística, etcétera, los podemos encontrar en salsas, maquillajes, antioxidantes, entre otros productos cotidianos.
La EPA americana está realizando análisis a pie de pozo sobre la afección al agua potable, cuyas primeras conclusiones y recomendaciones estarán disponibles en 2014.
En cuanto al gas metano, no es venenoso pero debe vigilarse el riesgo de filtraciones a los acuíferos de abastecimiento durante la extracción. Como ejemplo, en Estados Unidos, la Agencia del Medio Ambiente identificó 18 casos de intrusión de metano en acuíferos por lo que están elaborando una nueva normativa que garantice la estanqueidad.

Radioactividad
Y en cuanto a la radiactividad detectada en algunas aguas de retorno durante el proceso exploratorio, está totalmente probado que no tiene origen en la fracturación hidráulica, ya que ésta no utiliza ningún elemento radiactivo, como ocurre en algunos procesos industriales. Si se detecta radicación es natural e inherente a muchas formaciones pizarrosas. Aún así, en los casos detectados en Norteamérica no llegó a valores mínimos para tomar precauciones fuera de la vigilancia permanente y la descontaminación periódica de los equipos.

Episodios sísmicos
En 2011, cerca de Blackpool, en una zona de baja sismicidad, se registró un episodio sísmico de magnitud 2,3 de la escala Richter, mientras se realizaba una fracturación hidráulica en un pozo del entorno. El gobierno británico prohibió la fracturación hidráulica, mientras investigaba las causas y los expertos descubrieron la existencia de una falla no identificada en los estudios previos. En diciembre se han reanudado las operaciones tras establecer un procedimiento preventivo a la sismicidad inducida y el ejecutivo británico ha declarado su apuesta por la extracción de gas no convencional y por liderar esta actividad en Europa.

Uso del suelo
El Informe señala que la ocupación del suelo es uno de los focos de preocupación social –no de riesgo- pero que las referencias localizadas siempre en los mismos emplazamientos con un elevado número de pozos son una excepción. La ocupación del suelo en el gas no convencional es semejante a la del gas convencional, con la ventaja de que la perforación de pozos con una sección horizontal subterránea permite ubicar varios pozos desde un único emplazamiento, minimizando el impacto y la afección a la población local (ruido, tráfico rodado y vías de acceso). Traducido en cifras, un emplazamiento de 2,5 hectáreas o inferior, puede cubrir un área de explotación de más de cinco kilómetros cuadrados de superficie que no se ve.

Marco regulatorio
En los Estados Unidos el hecho de que el propietario de terreno sea también dueño de los recursos minerales que alberga su subsuelo ha contribuido de un modo relevante a la exploración y extracción de gas natural ya sea convencional o no. Este esquema permite una compensación directa y relevante al dueño del terreno, incentiva el desarrollo local de la actividad y, en algunos casos favorece la apertura de un número excesivo de pozos para lo que debería ser una explotación racional del recurso.
En España ni el titular del terreno ni las administraciones territoriales se benefician, algo que puede cambiar si prospera una resolución del Congreso de los Diputados (26-02-12), que insta al Gobierno a estudiar “la implantación de un tributo que grave la extracción de hidrocarburos en territorio nacional, incluidas sus aguas territoriales, cuya recaudación se podrá destinar a financiar aquellas Comunidades Autónomas y Entidades Locales de la región donde se produzca la extracción”.

Normativa ambiental
En la fase preliminar en que se encuentran las prospecciones en España, la legislación vigente se considera suficiente en el corto plazo. El marco regulatorio general sobre seguridad e impacto ambiental en la exploración del gas no convencional es el mismo de cualquier otra actividad industrial, así como la normativa de aguas.
A largo plazo y a medida que se aproxime una hipotética explotación comercial, será necesario contar con una normativa nacional que agilice la tramitación administrativa de los permisos y licencias, refuerce el papel de las comprobaciones ex post mediante auditorías medioambientales y técnicas, regule específicamente aspectos técnicos concretos y estimule incentivos locales para trasladar retornos económicos al ámbito donde se generan los impactos. El éxito económico que ha supuesto la extracción de gas no convencional en Estados Unidos y Canadá debería es una referencia para una Europa dependiente energéticamente y justificaría por sí solo su desarrollo en este continente.

Conclusiones
Reproducimos a continuación algunas conclusiones y recomendaciones del Informe ‘Gas no convencional, una oportunidad de futuro’, elaborado a instancias del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas de España.

  • La perforación horizontal y la fracturación hidráulica está probada y madura, mejora de forma constante en la reducción del uso del agua y aditivos, en la localización precisa de fracturaciones y en el incremento de la sección horizontal de los pozos productores.
  • España debe considerar un recurso energético que reduciría la dependencia energética y crearía empleos y riqueza.
  • Comparativamente con otros países europeos, España es un país por explorar en hidrocarburos.
  • El potencial exploratorio español es considerable y existen notable interés de compañías nacionales y extranjeras en adquirir derechos mineros. En cinco años se han otorgado más de 70 permisos exploratorios y 40 están pendientes de adjudicar.
  • Con evidencias de recursos de hidrocarburos pendientes de reconocer y empresas dispuestas a invertir no debería demorarse la exploración.
  • Como en cualquier otra actividad industrial, los riesgos asociados pueden ser prevenidos y mitigados mediante una gestión eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Es necesario implementar la aplicación de las últimas tecnologías disponibles para salvaguardar la salud, la seguridad y el medio ambiente.
  • En Estados Unidos, la extracción de gas no convencional ha logrado dinamizar la economía, crear empleo y disponer de gas al 20% del precio que se paga en Europa.
  • La gestión eficiente de los riesgos, donde el factor humano es fundamental, debe basarse en las mejores prácticas internacionales, la implementación de sistemas regulatorios, el control ex post mediante auditorias, la mejora continua de los procesos de exploración y una extracción derivada del aprendizaje inteligente.
  • Con la tecnología y los controles adecuados, la industria de la extracción del gas no convencional tiene un riesgo similar a cualquier otra industria extractiva o transformadora.
Nota de los autores
El catedrático de Ingeniería Química y Combustibles de la Universidad Politécnica de Madrid y decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro, Ángel Cámara, y el catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo, Fernando Pendás, autores del informe, subrayan acerca de este documento que es fruto de la participación de numerosas entidades y colectivos, procedentes de ámbitos tan dispares como son: universidad, sindicatos, administraciones públicas, empresas y organizaciones empresariales de nuestro país, comprometidos por la sostenibilidad del abastecimiento energético y la protección del medio ambiente.
La profundización en la explotación del gas no convencional desde perfiles y visiones tan diferentes no ha sido fácil. A lo largo de los meses de preparación hubo notables discrepancias y serias discusiones, siempre en un ámbito de respeto y juego limpio, como no podía ser de otra manera dada la calidad humana y profesional de todos los integrantes del Grupo de Trabajo que lo ha elaborado.
Los resultados expuestos en el Informe reflejan el amplio consenso alcanzado por el Comité de Redacción, tras reflexivos debates técnicos, sin juicios a priori, inspirados por el rigor y el conocimiento.
A lo largo del informe se profundiza en la puesta al día de las tecnologías empleadas y en el trasfondo de los incidentes medioambientales ocasionados por esas tecnologías, teniendo en cuenta todos los ámbitos geográficos en donde se están aplicando, pero fundamentalmente en los EEUU, que con 40.000 pozos perforados para la extracción de gas no convencional y con algo más de medio millón de operaciones de fracturación hidráulica, disponen de la más amplia experiencia.
En cualquier actividad humana, y particularmente en la actividad industrial, ya sea extractiva (petróleo, gas, minerales) o transformadora (química, alimentaria, etc.) los riesgos en la salud, la seguridad y el medio ambiente deben ser gestionados de manera eficiente a través de operaciones basadas en las mejores prácticas, la implementación de sistemas regulatorios, junto con la investigación continua en la optimización y la mejora de los procesos llevados a cabo.
En definitiva, resulta necesario conocer cuáles son los hipotéticos riesgos y definir las líneas de actuación para prevenirlos, minimizarlos, mitigarlos y, cómo no, evitarlos.
Las dos principales tecnologías actualmente utilizadas para la explotación del gas no convencional, la perforación horizontal y la fracturación hidráulica, están sobradamente desarrolladas para ser aplicadas, con un riesgo asumible, similar a las otras actividades industriales.
En la fase preliminar en que se encuentran las prospecciones en nuestro país, puede afirmarse que la legislación actual es suficiente en el corto plazo. Sólo se necesita dar cumplimiento a la vigente Ley de Hidrocarburos. Si es mayor el plazo, entonces se precisa una adecuación del marco regulatorio, así como una mayor colaboración entre los diversos organismos públicos, las empresas y la universidad.
En España está todo por hacer en materia de gas no convencional y la expectativa de considerables recursos prospectivos, se ha puesto de manifiesto con la creciente solicitud de permisos de exploración, 27 en el último año de los que se han otorgado 19, la mayoría teniendo como objetivo el gas de pizarras.
No tiene sentido renunciar en nuestro país a un recurso energético que permitiría, entre otros beneficios, crear miles de puestos de trabajo, reducir la notable dependencia energética, mejorar la balanza de pagos, incrementar la competitividad, incrementar los ingresos fiscales y reducir las emisiones de efecto invernadero.
Merece la pena insistir en que en España se importa el 99% de los hidrocarburos consumidos. En 2011 la factura derivada de la importación de productos energéticos (petróleo, gas y carbón) ascendió a 56.000 millones de euros, aproximadamente el 4% de PIB. Cualquier actuación tendente a revertir esta situación, tiene el beneficioso doble efecto de mejorar nuestra balanza de pagos y la creación de numerosos puestos de trabajo. Sin embargo, la actividad exploratoria está paralizada. Las compañías no han podido desarrollar sus planes de labores con normalidad, dentro de los plazos establecidos por la vigente Ley de Hidrocarburos. Estando prácticamente todas las inversiones exploratorias, comprometidas y no comprometidas, paralizadas.
A pesar de estas expectativas, los autores perciben el largo camino que hay que recorrer para reducir los actuales mitos que envuelven a este importante recurso energético.